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El herpes labial no es dañino para los adultos, pero puede resultar fatal para los bebés

El bebé contrajo el virus del herpes simple, mejor conocido como el “beso de la muerte”

En South Yorkshire, en Inglaterra, un niño recién nacido identificado como Noah Tindle casi pierde la vida a causa de un herpes que contrajo el día de su bautizo, luego de recibir cientos de besos en el ojo de parte de los invitados.

Fue Ashleigh White, de 21 años, la madre del menor, quien notó que días después de la fiesta su hijo tenía el ojo derecho inflamado y no dejaba de llorar, por lo que al llevarlo al médico, quienes creyeron que se trataba de una obstrucción en el conducto lagrimal que, normalmente, se aclara por sí misma.

Sin embargo, conforme pasaban los días el niño no mejoraba y su ojo se llenó de ampollas, por lo que tuvo que ser llevado nuevamente al hospital, donde después de realizarle varias pruebas, los médicos certificaron que el niño había contraído el virus del herpes simple (HSV-1), más conocido como el “beso de la muerte”.

“El virus estaba en su párpado, pero logramos detectarlo antes de que pudiera entrar en el torrente sanguíneo, aunque no pudo abrir los ojos durante días”, declaró la madre del pequeño a El Español.

Durante dos semanas el niño fue inyectado con antivirales y seis meses más fue tratado con diferentes medicamentos.

De acuerdo con los especialistas, el herpes labial no es dañino para los adultos, pero puede resultar fatal para los bebés, debido a que puede propagarse al cerebro y provocar un fallo orgánico.

Por fortuna el pequeño Noah se recuperó completamente, aunque no podrá dejar de tomar medicamentos hasta dentro de un año y tendrá que asistir a revisiones periódicas.

La madre del menor compartió su historia para advertir a los adultos de los peligros que conlleva el simple hecho de besar a un recién nacido si se posee este virus.